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El ahogado más hermoso del mundo - Gabriel García Márquez

No recuerdo bien cuál era la consigna de este trabajo pero al parecer yo decidí tratar el cuento desde otra perspectiva...

¿Quién soy yo más que un asesino? Nadie se detiene a pensar si el crimen fue intencional o no, cuando el resultado es la muerte. Allí, ya no hay nada por negociar. La conciencia se ensucia igual y la culpa que sella el alma es imposible de borrar. No comprendo cómo la belleza de mis aguas cristalinas fue hecha para el cruel acto de matar.

Por momentos, me sacudo y me golpeo pues odio mi propia esencia. Pero luego, me detengo porque recuerdo las palabras de un buen ahogado: "Mar de los mares, no te apenes por mi muerte. Mi vida jamás tuvo sentido, ni sé si alguien siquiera se percató de mi presencia. Créeme que sólo en ti encuentro consuelo a la indiferencia del mundo. ¡Por favor, no sientas culpa! No ha habido en la Tierra existencia más contingente que la mía. Recuerda siempre que has sido mi Libertador."

Increíble, pero cierto. A veces, se necesita un sólo hombre para darle sentido a toda una vida. Esto es lo que el ahogado hizo conmigo y yo lo menos que puedo hacer por él es darle sentido a su muerte. Entre ola y ola transporto su memoria para que los pueblos le construyan aquello que nunca tuvo: una historia.

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